sexta-feira, 2 de maio de 2014

Folha Internacional: Brazilian foreign policy under Dilma


























Under Dilma Brazil Fails to Assert Itself on World Stage

by PATRÍCIA CAMPOS MELLO
24.01.2014

One of the priorities of Brazilian foreign policy has been to empower emerging nations in multilateral institutions like the IMF and the UN, guaranteeing nations like Brazil a place at the table in discussions of the great international issues of the day. 
Or has it?
During the Lula administration, it was. But under Dilma Rousseff, Brazil seems to be evading the big global questions.
The Ministry of External Relations celebrated when Brazil was invited, following a suggestion by the Russians, to participate in the Montreux meeting regarding the war in Syria.
This is of course one of the most serious international problems of the moment, having killed at least 130,000 people. Just to be invited is a sign of great prestige.
However, Rousseff sent only the Ministry's number two, secretary general Eduardo dos Santos. According to the journalist Jamil Chade, the minister, Luiz Alberto Figueiredo, was busy preparing the President for her trip to the World Economic Forum at Davos.
As to be expected, the other governments participating at Montreux were perplexed.
Brazil has been agitating for some time to be included in major global negotiations. In 2010, Brazil brokered a deal between Turkey and Iran, in which Iran shipped out enriched uranium in return for fuel rods for a nuclear research reactor.
But how can a country campaign for a permanent seat on a reformed UN Security Council, whilst failing to show sufficient respect for an important meeting like that underway at Montreux?
And it gets worse. During the Second International Humanitarian Pledging Conference for Syria, which took place in Kuwait, on January 15, Brazil promised to donate just USD $300,000 in humanitarian aid, according to the NGO Conectas Direitos Humanos.
Of all the pledges made at the conference, Brazil's is the lowest.
"Mexico pledged to donate ten times more than Brazil at the conference in Kuwait. For a nation that wants to be taken seriously in international affairs, it is very little," says Camila Asano, foreign policy coordinator at Conectas.
Translated by TOM GATEHOUSE

Con Dilma, Brasil huye del "protagonismo" global

Una de las banderas de la política exterior brasileña es la de aumentar el poder de los países emergentes en organismos multilaterales como el FMI o la ONU, y así garantizarle a naciones como Brasil un lugar en la mesa donde se discuten los grandes asuntos internacionales.
¿O no es así?
En el gobierno de Lula, era. Ya en el gobierno de Dilma, Brasil parecer estar escapando de las grandes cuestiones mundiales.
El Palacio de Itamaraty festejó cuando Brasil fue invitado, a partir de la sugerencia de Rusia, a participar de la reunión de Montreux para discutir la crisis en Siria.
El encuentro iba a tratar una de los mayores problemas de la actualidad, la guerra civil siria, ya que dejó por lo menos 130.000 muertos. Ser invitado es una señal de prestigio.
No obstante, la presidenta Dilma Rousseff decidió mandar a la reunión al número dos del Ministerio, el secretario general Eduardo dos Santos, para que el canciller, Luiz Alberto Figueiredo, pudiera preparar el viaje de la presidenta a Davos, de acuerdo a lo que informó el periodista Jamil Chade.
La reacción de los otros gobiernos fue de perplejidad; no podía ser de otra manera.
Brasil viene haciendo desde hace tiempo mucha presión para ser incluido en las grandes negociaciones. Se posicionó como mediador cuando propuso, en conjunto con Turquía, el acuerdo de intercambio de combustible nuclear de Irán, en 2010.
¿Cómo es que un país hace lobby por un asiento permanente en un reformado Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y desprecia una reunión relevante como la de Montreux?
La historia no hace más que empeorar. Durante la 2ª Conferencia Internacional de Alto Nivel para Contribuciones Humanitarias a Siria, realizada en Kuwait, el 15 de enero, Brasil se comprometió a donar solo US$ 300.000 para ayuda humanitaria a los sirios, según la ONG Conectas Derechos Humanos.
El valor es el menor entre todos los aportes prometidos por todos los países que estuvieron presentes en Kuwait.
"México prometió donar diez veces más que lo que donó Brasil en esta conferencia en Kuwait. Para quien quiere ser tomado en serio en las grandes cuestiones internacionales es muy poco", dijo Camila Asano, coordinadora de Política Exterior de Conectas.
Traducido por NATALIA FABENI

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